Cómo tomar decisiones

Nos pasamos la vida tomando decisiones, en la mayoría de los casos pequeñas decisiones sin ninguna trascendencia. Es algo que hacemos de forma natural y guiados por nuestros gustos y preferencias. En este post te cuento cómo tomar decisiones importantes que pueden cambiar tu vida.

La importancia de tomar decisiones

Todos sabemos elegir. Lo hacemos todos los días con pequeñas decisiones como elegir qué ropa nos vamos a poner o qué vamos a comer. Es sin embargo en las grandes decisiones, las que pueden cambiar nuestra vida, cuando no todos sabemos qué hacer. En muchos casos tomamos la decisión equivocada o incluso no tomamos ninguna decisión, esperando a que las cosas cambien por sí solas.

No tomar decisiones es una opción que muchos elijen, porque es la opción más cómoda, pero ten en cuenta que si no tomas tus propias decisiones, alguien lo hará por ti, y seguramente no te gustarán los resultados. Una de las razones por las que no nos decidimos a tomar decisiones importantes que puedan cambiar nuestra vida es por la resistencia al cambio. En otro post ya te conté cómo superar la resistencia al cambio.

Cómo tomar decisiones

Tomar decisiones importantes no es fácil. Aquí te dejo algunos consejos que te podrán ayudar cuando tengas que tomar alguna decisión que pueda cambiar tu vida.

No tomes decisiones llevado por las emociones del momento

Aunque las emociones y la intuición son importantes a la hora de tomar una decisión, no debes tomar decisiones precipitadas, fruto de las emociones del momento (miedo, frustración, ira, etc.). En estos casos debes tomar distancia del problema, y ser racional y objetivo para evitar que las emociones te cieguen hasta el punto de tomar una decisión equivocada.

Mejor si estás tranquilo y descansado

A la hora de tomar una decisión importante lo mejor es que estés tranquilo, habiendo tomado distancia del problema. Además has de estar descansado. Si has dormido bien, tu mente estará serena y te será más fácil tomar una buena decisión.

Es tu decisión y tu vida

Has de tomar tus decisiones pensando en tus objetivos e intereses, no en lo que quieran los demás o puedan llegar a pensar acerca de lo que decidas. Ten en cuenta que es tu vida y que serás tú quien tenga que asumir las consecuencias de una decisión equivocada.

Sé racional y objetivo

Sé lo más racional posible, y analiza detenidamente todas las opciones, con sus pros y sus contras. Cuantifica de la manera más objetiva posible los beneficios y los riesgos, y la probabilidad de que se produzcan unos y otros. Cuanta más información tengas, más fácil será tomar la decisión adecuada.

Recuerda tus objetivos

Sólo conseguirás tus objetivos con la suma del trabajo diario y constante en la dirección adecuada, y la toma de decisiones acertadas, así que recuerda cuáles son tus objetivos cuando tengas que tomar una decisión. Los resultados que esperas de tu decisión deber ir en consonancia con lo que buscas en tu vida. Parece obvio, pero a veces se nos olvida.

Pregúntate qué es lo peor que puede pasar

Si te asalta el miedo sobre las posibles consecuencias negativas de una decisión importante que no salga como esperas, recuerda preguntarte qué es lo peor que puede pasar. Busca respuestas a esa pregunta, incluso las más inverosímiles, y en muchos casos te darás cuenta de que lo peor que puede pasar no es para tanto, y que para todo lo malo que se te ocurra casi siempre hay una solución.

Aléjate de los pesimistas

Siempre que tengas que tomar una decisión importante, aléjate de los pesimistas y demás personajillos tóxicos. Los pesimistas sólo resaltarán y exagerarán aquellos aspectos negativos de cualquier cambio que quieras hacer en tu vida, pudiendo llegar a influir muy negativamente en tu decisión hasta el punto de que elijas no hacer nada por aquello del “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

Ten un plan B

Siempre que sea posible ten un plan B por si finalmente tu decisión no es tan buena como parecía en un principio. Es importante que ese plan B no sea un plan de huida prematura, ni un freno para no ir a por todas con tu decisión. Aunque pueda parecer un poco suicida, si tener un plan B puede hacer que no vayas a por todas, lo mejor que puedes hacer en ese caso es quemar todas tus naves para no dejar opción al fracaso. No hay nada como no tener red para obligarnos a dar lo mejor de nosotros mismos.

Toma una decisión y pasa a la acción

Si hay cosas en tu vida que no te gustan, deja de quejarte y actúa para cambiarlas. Esperar a que las cosas cambien por si solas o a que alguien las cambie por ti nunca funciona. Quejarse o resignarse tampoco es el camino porque sólo conseguirás ser un amargado. Lo más importante de tomar decisiones es pasar a la acción para mejorar tu vida.

Pasos de la toma de decisiones

Estos son los pasos o etapas de la toma de decisiones que se pueden aplicar en la mayoría de los casos.

  • Identificar y analizar el problema a resolver tratando de aportar información relevante que proporcione una visión clara y objetiva del problema.
  • Identificar los criterios de decisión que se tendrán en cuenta a la hora de evaluar las distintas opciones que se presenten para la resolución del problema.
  • Ponderar los criterios de decisión asignando un valor relativo a la importancia que tiene cada criterio en la decisión, ya que no todos los criterios tienen la misma importancia.
  • Identificar y analizar las distintas opciones posibles para resolver el problema.
  • Evaluar las opciones analizando detenidamente ventajas e inconvenientes según los criterios identificados y ponderados previamente.
  • Elegir la mejor opción resultante de la evaluación de las distintas opciones propuestas para resolver el problema.
  • Pasar a la acción aplicando la opción elegida.

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