12 errores que no debe cometer un líder

En este blog únicamente trabajo yo, es decir, no tengo un equipo que me ayude, y así será, seguramente, durante mucho tiempo. Sin embargo en mi trabajo llevo dirigiendo equipos desde hace más de 10 años. En todo este tiempo he aprendido mucho y he cometido errores. También he visto, y a día de hoy veo, a otros responsables de equipos cometer errores que en algunos casos son inaceptables. En este post te cuento los que a mi entender son errores que no debe cometer un líder o responsable de equipo.

1. No tener claros los objetivos del equipo

Si diriges un equipo de personas, lo primero que debes saber es cuáles son los objetivos que tenéis que conseguir como equipo. Si no sabes adónde vais, difícilmente conseguiréis llegar.

2. No comunicar y no escuchar

Si no existe comunicación con todos y cada uno de los integrantes del equipo no funciona nada. Es importante comunicar los objetivos, dar las instrucciones adecuadas de forma clara y concisa, y contar por qué se hacen las cosas que se hacen. Si tus colaboradores saben cuáles son los objetivos a conseguir, y cuál es su cometido para alcanzar esos objetivos, estarán más motivados.

Además la comunicación ha de ser bidireccional, es decir, no sólo has de hablar con tu equipo sino que es incluso más importante escuchar lo que tu equipo te tiene que decir a ti.

3. No dar las gracias

Siempre que tengas oportunidad has de agradecer a tus colaboradores su esfuerzo y dedicación. Hacerles saber que cuentas con ellos, y que agradeces su trabajo y su contribución a los logros del equipo es algo que motiva especialmente.

Por el contrario, hay pocas cosas más penosas que un desagradecido. Entre los múltiples personajes que me he encontrado en mi vida profesional hay uno que se lleva el premio al mayor capullo con el que haya tratado nunca. Daría para escribir un libro con todo lo que he vivido en los más de dos años en los que he tenido el “privilegio” de trabajar con él. Entre sus “méritos” está el de no dar nunca las gracias a nadie, excepto a sus jefes. Una vez un compañero le preguntó que por qué nunca daba las gracias a la gente de su equipo, y el lumbreras le contestó que no entendía por qué tenía que darle las gracias a alguien por cumplir con su obligación de hacer bien su trabajo. Además no sólo no da las gracias, sino que siempre se atribuye el éxito conseguido con el esfuerzo de todo el equipo. En cambio, cuando algo no sale bien, no tarda en echarle la culpa a alguien. Se trata de un personaje a evitar a toda costa.

4. Creerse superior

Hay personas que sólo por el hecho tener la responsabilidad de dirigir un equipo se creen en un status superior que les da derecho a comportarse como déspotas y a menospreciar a todos los que tienen la mala suerte de ser sus subordinados. En muchos casos se creen que han llegado a esa posición de “privilegio” porque son esencialmente mejores que los demás. Si les preguntas, seguramente lo negarán, pero sus palabras y sus actos les delatan.

Mi opinión es que si tienes la responsabilidad de dirigir un equipo de profesionales, tú eres uno más del equipo, sólo que tus funciones y responsabilidades difieren de las del resto de tus compañeros.

5. Trato injusto y desigual

Dentro de tu equipo puedes tener amigos y gente que te caiga bien y gente que no te caiga tan bien, pero todos son tus compañeros y has de ser profesional y tratarles a todos por igual, sin concederles privilegios a unos ni tratar injustamente a otros. La forma más rápida de resquebrajar un equipo es estableciendo diferencias en las condiciones de trabajo, asignación de responsabilidades o distribución de la carga de trabajo sin que haya una justificación clara basada en criterios profesionales.

6. No entender que el equipo está compuesto de personas

Cada persona es un mundo y para sacar lo mejor de tus colaboradores tienes que tenerlo siempre en cuenta. Tienes que dar un trato personalizado a cada uno de tus colaboradores y ponerte en su lugar, teniendo en cuenta cuáles son sus motivaciones, intereses, necesidades, miedos, fortalezas y debilidades.

7. No ser ejemplar

Para ganarte la autoridad moral de poder exigirles a tus colaboradores, primero has de ser exigente contigo mismo y tener un comportamiento ejemplar en tu trabajo. Si no eres ejemplar, puedes tener la suerte de que aun así tus colaboradores sean profesionales y hagan su trabajo como se requiere, pero si algún día necesitas que den más de lo que ya dan, muy posiblemente te nieguen su ayuda porque ellos ya cumplen con su obligación y en cambio tú no.

8. No permitir que los integrantes del equipo crezcan profesionalmente

Uno de los objetivos más importantes que debe tener un líder es que sus colaboradores crezcan profesionalmente porque de esa forma el equipo tendrá más posibilidades de alcanzar metas cada vez más ambiciosas y sus colaboradores se mantendrán motivados. En mi caso, considero una obligación moral velar por el desarrollo profesional de las personas que colaboran conmigo.

Cuando alguien tiene la responsabilidad de dirigir un equipo y no da oportunidades para que sus colaboradores se desarrollen profesionalmente y den lo mejor de sí mismos es porque ese responsable tiene un importante complejo de inferioridad y una gran inseguridad en sus capacidades. Es por esto que siempre tratará de que sus colaboradores no destaquen por encima de él. Este tipo de “líderes” se sienten especialmente incómodos y amenazados cuando en su equipo cuentan con algún colaborador muy brillante que les puede hacer sombra. Son incapaces de gestionar equipos con gente que tiene mucho talento, y lo único que quieren son subordinados que no les lleven nunca la contraria y que hagan el trabajo incómodo y tedioso que ellos no quieren hacer.

9. Uso de malos modos

Algunos se creen que lo de ser jefe consiste en ser un capullo integral, y en cuanto tienen la más mínima cota de poder aprovechan la menor oportunidad que se les presenta para comportarse como auténticos cretinos. Se creen capataces de una plantación de algodón a cargo de un grupo de esclavos, y llegan a faltarle al respeto a sus compañeros. A mi este tipo de situaciones me indignan y es algo que no puedo ni quiero aguantar.

10. Formar parte de los problemas de convivencia

Aunque seas el jefe, eres parte del equipo y siempre deben verte como un compañero más. Sin embargo, cuando surjan problemas de convivencia entre los integrantes del equipo, lo último que debes hacer es posicionarte del lado de alguna de las partes y acabar formando parte del problema. Has de mediar en los conflictos que se produzcan y ayudar a que la convivencia se desarrolle de la mejor manera posible.

11. Insuficiente o excesivo control y dirección

Como pasa casi siempre en la vida, tan malo es quedarse corto como pasarse, y cuando uno dirige un equipo es tan malo no tener ningún control y no dirigir al equipo como pretender tenerlo todo absolutamente bajo control y no dar a tus colaboradores ningún margen de libertad y autonomía para hacer su trabajo.

12. No ser responsable

El líder de un equipo es el máximo responsable de los resultados buenos o malos del equipo, y como tal ha de comportarse siempre, es decir, dando la cara, tomando decisiones, a veces difíciles, y asumiendo sus responsabilidades.

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Y tú, ¿conoces algún otro error que un líder no debería cometer?

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